Día 26 de marzo de 2010.
Salimos de Denver a las 8 am, después de haber pasado un día estupendo allí, a pesar de la nieve.
Lo que está claro es que en EEUU no se para nada por culpa de 30cm. de nieve de nada. Y también lo pudimos comprobar una vez ya en carretera. Todo blanco hasta donde alcanzaba la vista, pero las autopistas, impecables.
Tomamos la interestatal 25 hacia el sur. No iba a ser demasiado complicado; era todo recto por la 25 hasta llegar a Ratón, un pueblecito con el que llevaba meses soñando ir a hacer una foto de la que me enamoré en Panoramio, Ratón Café, Nm.
Y ahora, estábamos allí y mis fotos se pueden ver junto a ésta en el Google Earth!
Fué nuestro primer contacto con los postes de Moteles y las Gasolineras, después de muchas millas de carretera infinita y paisajes inmensos.
Una vez en Ratón, teniamos que tomar la carretera 64/87 hasta Clayton, para seguir por la 87 hasta Dumas y bajar dirección sur hasta Amarillo.
Todo esto, sin mapa, ni GPS ni nada de nada. La noche anterior imprimí lo que pude de la ruta de mi Google Maps en casa de Albert y Melanie, pero el destino quiso que en una de las gasolineras que paramos a comer, los papeles salieran volando del coche, cayendo en varios charcos... jeje... la aventura es la aventura!!
Así que, a la vieja usanza, millas y más millas y, cuando en medio de la nada, veíamos algún bar de carretera, preguntábamos si íbamos en buena dirección.
Por lo visto, bajando por la 87, teníamos que haber girado en dirección a Dumas cuando llegamos a un pueblecito llamado Hartley. Pero ni nos dimos cuenta del pueblecito, ni de que la 87 seguía por otra dirección. Así que, de repente estábamos en la 385, dirección sur, eso sí, pero no íbamos a llegar a Dumas.
Llegamos a algo civilizado, ranchos desperdigados y el bar de carretera más auténtico del "oeste", rancio, rancio. Decidimos parar. Estábamos en Channing. En este antro, un vaquero de unos 70 años, nos dió las indicaciones para seguir hasta Amarillo; había que pasar un puente y después por el Boy's Ranch, una vez pasado éste, si seguíamos a la izquierda por la Ranch Road, acabaríamos en Amarillo.
Disfrutamos del camino como enanos, sobre todo, a mí me encantó nuestro primer atardecer; son espectaculares!!
Pero ya se empezaba a notar el cansancio; cuando entrábamos en Amarillo ya había anochecido. Y, de noche, no fue tan fácil orientarse.
10 de mayo de 2010
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