Empezar a cruzar Arizona por el país de los Navajos, donde la Ruta 66 tiene el papel de conectar los pequeños pueblos a través de su historia. Lugar para respirar hondo, disfrutar de la inmensidad de los paisajes, mirar hacia las nubes y oler... la libertad. Es seguramente, el tramo de la Ruta Madre donde mejor se puede experimentar lo que realmente fué hace mucho tiempo.
Arizona es el estado donde se conservan más tramos originales de la Ruta 66. Algunos intactos, otros en bastante mal estado. Como ya venía siendo costumbre, también hay que tomar en ocasiones, obligatoriamente, la I-40, ya que el trazado original desaparece.
Desde Lupton (donde está ubicado el Yellow Horse) fuimos un rato por la I-40. Se puede tomar la 66 desde la salida 325, en Navajo. No habíamos decidido si finalmente la seguiríamos hasta Holbrook, nuestro destino de este día para pasar la noche, o podríamos seguir un tramo de Ruta 66 original para poder atravesar el Painted Desert, dentro del Parque Nacional Petrified Forest.
Pero llevábamos el día a buen ritmo desde que habíamos salido por la mañana de Albuquerque, así que decidimos que podíamos dedicar un tiempo a ver este Parque Nacional. De hecho, iba a ser el único Parque Nacional que visitaríamos en este viaje. Y no nos arrepentimos.
Salimos de la I-40 por la salida 311 y nos adentramos en esta aventura de 45 kilómetros (28 millas) a través del desierto.
En cuanto se ve el cartel del Parque Nacional Petrified Forest, se encuentra el Visitors Center, con amplia información sobre cómo se formaron estas llanuras, con folletos en varios idiomas, también en castellano. Es allí donde hay que pagar la entrada para acceder al Parque. Y cómo no, un surtidor de gasolina en la puerta. Indispensable entrar en el Parque con el tanque lleno, que fué lo que hicimos.
Y allí estaba, inmenso, precioso, el Desierto Pintado. Un área infinita, que va desde unas 18 millas al este de Holbrook, hasta prácticamente el Gran Cañón.
Eones atrás, hace unos 225 millones de años, este altiplano seco fue una extensa llanura de aluvión, atravesada por muchos arroyos y ríos. Al sur, donde se encontraban los nacimientos de estas corrientes de agua, había un bosque de grandes y majestuosos pinos, lo que hoy es el Petrified Forest. Esta región estuvo habitada por reptiles parecidos a los cocodrilos, anfibios gigantes y varias especies de dinosaurios.
Los árboles más altos cayeron y fueron arrastrados por esos ríos hasta la llanura. Fueron sepultados bajo arcilla, lodo y ceniza volcánica, que privaron de oxígeno a los troncos, lo que impidió su descomposición. Con el tiempo, las aguas subterráneas, con alto contenido en sílice penetraron en los troncos y poco a poco, la madera fue petrificada, durante el proceso de conversión del sílice en cuarzo.
En medio del desierto, en el punto de Kachina, nos encontramos con lo que, desde el año 1987, ya es un monumento nacional histórico de la Route 66; el Painted Desert Inn, que sirvió de posada a tantos y tantos viajeros. Fue construido en la década de 1920 y luego restaurada en los años 30 por el Cuerpo Civil de Conservación. Más tarde, se convirtió en una parte de la cadena Harvey House. En las dos fotos siguientes, podéis ver su estado actual, tal y como la encontramos nosotros y a su derecha, una postal antigua.
Nada más pasar el edificio de la posada, el paisaje comienza a cambiar, con extensiones de tierra más amplias y sobre todo, en el colorido, volviéndose de unos marrones más oscuros.
Cerca, encontramos un pequeño "homenaje" a la 66, creo que era el punto por donde debía de seguir su camino pero, en la actualidad no hay que tomarlo, ya que no tiene salida. La carretera se encuentra cortada. Si has entrado en el Parque Nacional, hay que bajar obligatoriamente hasta el final del Bosque Petrificado, para tomar la 180 a la derecha, en dirección a Holbrook.
Hay nueve miradores a lo largo del recorrido, donde se puede parar a contemplar los puntos de interés. Uno de ellos fué "Newspaper Rock" donde, aunque difíciles de distinguir en las rocas, están tallados los jeroglifos, prueba de que los indígenas "pueblo" vivieron en esta área antes del año 1400AD.
Nos íbamos ya acercando al terreno del Bosque Petrificado.
Hoy en día, el viento y el agua continúan erosionando las capas de sedimentos y, poco a poco, va exponiendo otros troncos y fósiles ocultos bajo la superficie. Hay capas de piedra de hasta 90 metros de grosor que todavía contienen fósiles.
En 1906, durante el gobierno de Teddy Roosevelt, algunos de los bosques ya fueron oficialmente declarados Monumento Nacional del Bosque Petrificado, al ver el peligro que corría la zona si la gente seguía llevándose la madera petrificada, lo cual hoy en día, está totalmente prohibido y duramente sancionado. Hay tiendas dentro y fuera del parque donde se vende madera petrificada, que proviene de terrenos privados cercanos al parque.
Finalmente, fue nombrado Parque Nacional en 1962.
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